Vientos de deserción
Los linderos entre la izquierda
moderada y la radical quedaron trazados con el nacimiento de los
progresistas, lo que determinó ‘deslizamientos’ entre la colectividad
amarilla y la multicolor de Petro.
La confirmación de la salida de, por lo menos, cinco de los ocho
senadores del Polo, la hizo el congresista Jorge Guevara, quien dijo que
ya pidieron “la escisión en el Polo para irnos del partido y
convertirnos en la fuerza promotora del movimiento Progresistas”.
Y es que el miércoles los senadores Luis Carlos Avellaneda, Guevara,
Camilo Romero y Mauricio Ospina se reunieron con las directivas del
Polo, a quienes les manifestaron su decisión de irse. Sin embargo, aún
se encuentran en la incertidumbre de una eventual doble militancia, por
lo que hacen consultas legales para no incurrir en esta ilegalidad.
A la desbandada se sumaría el senador Parmenio Cuéllar, lo que
dejaría al Polo con una bancada de tres: Jorge Enrique Robledo,
Alexander López y Gloria Inés Ramírez.
Sobre esta realidad, el exmagistrado José Gregorio Hernández dijo que
las decisiones de los senadores también dependen de cómo responda la
colectividad a las inquietudes que tengan y “si no los satisfacen,
sencillamente tomarán la decisión de emigrar a otros partidos”.
Por: Redacción de El País Bogotá Viernes, Diciembre 2, 2011
Progresistas Caldas
El Movimiento Progresistas se presenta como opción política para Colombia en el mes de marzo de este año. Al estar constituido por un grupo significativo de ciudadanos estructura se construye sobre la idea de red que están conformada por nodos y es menos jerárquica que la de un partido político. Agrupa a ciudadanos demócratas de distintos orígenes sociales, étnicos, intelectuales, religiosos, geográficos y de orientación sexual, y está en proceso de sumar más sectores ciudadanos.
Se unificó alrededor de las propuestas que ha hecho públicas el candidato a la Alcaldía de Bogotá, Gustavo Petro: El derecho al agua, la educación pública, la restitución de tierras para las víctimas, y la erradicación de las mafias dentro del Estado. Para esto, ya están trabajando los nodos progresistas en Nariño, Cauca, Cali, Caldas, Ibagué, Bogotá, Barranquilla y Antioquia.
La diversidad y el pluralismo desde un enfoque de derechos define al Movimiento Progresistas. En palabras de Vladdo, Progresistas pretende ser un movimiento en el que “se respeten los derechos de cada ciudadano, sin importar la condición social, el origen étnico, las creencias religiosas ni la orientación sexual; donde se respete la vida y se rechace la violencia en todas sus manifestaciones; donde se impulse el desarrollo productivo y se respete el medioambiente; donde la tierra y el agua sean el eje de la seguridad alimentaria y el bien social; donde el crimen no tenga cabida y se garantice la seguridad de nacionales y extranjeros que nos visiten o inviertan en el país; donde se proscriba la corrupción y donde la justicia sea la norma y no la excepción; un estado que mantenga relaciones internacionales basadas en la igualdad y el respeto a la soberanía.”
Ser Progresista significa ser capaz de retomar el rumbo político de nuestra sociedad, encausándolo a un desarrollo nacional independiente y potenciando los beneficios de un mundo globalizado e interconectado.
Finalmente, hace parte de los nodos del movimiento: Ana Teresa Bernal, Guillermo Alfonso Jaramillo, Catalina Velasco, Jesús Piñacué, José Gregorio Hernández, Carlos Ossa Escobar, Daniel García-Peña, Carlos Vicente de Roux, Ricardo Bonilla, Jorge Iván González, Ramiro Estacios, Olga Beatriz González, las edilesas Angélica Marín, Natalia de la Vega y Alejandra Rodríguez.
Nace una nueva fuerza de la democracia y el progresismo
Hoy reafirmamos nuestra voluntad de reemprender la conformación de la gran fuerza democrática por la que claman muchísimos compatriotas. La situación colombiana requiere una nueva fuerza abierta, democrática en sus propósitos y funcionamiento, capaz de integrar a los diversos sectores de la sociedad, pluriétnica y multicultural, sin exclusión por sus creencias, genero u orientación sexual.
Este nuevo proyecto político propiciará el encuentro progresista de todas las fuerzas de la democracia, para que se constituya en una verdadera opción de poder, con un programa que saque a Colombia de la violencia y alcance la paz, que contemple las transformaciones políticas, económicas, sociales y culturales que el país demanda ante los retos del desarrollo nacional independiente en un mundo globalizado, de la urgencia en lograr la elevación del nivel de vida de la población, y tomar las medidas necesarias para contrarrestar las consecuencias del cambio climático. Esto significa derrotar el modelo económico neoliberal, que ha generado en el mundo y en nuestro país exclusión social, pobreza, desigualdades y perdida de la soberanía nacional.
A todo ello invitamos al noventa por ciento y más de los colombianos, a los demócratas de Colombia, del campo y la ciudad, incluidos la ASI, el Partido Verde, las AICO, militares patrióticos, sacerdotes católicos, pastores de las distintas feligresías y laicos y otras vertientes políticas y sociales; liberales independientes, conservadores demócratas, empresarios nacionales, artistas, jóvenes, afros y cooperativistas.
En el clarísimo proceso de diferenciación del gobierno Santos y el proyecto de las fuerzas más regresivas de Colombia que encabeza el ex presidente Uribe, no dudamos en expresar que contribuiremos con decisión a los esfuerzos oficiales en todo aquello que, como la iniciativa legislativa de Víctimas y Tierras, contribuya a aislar y dejar atrás la principal amenaza de la democracia en Colombia. Cuestión que, no obstante ser lo principal por depender de su desenlace la suerte inmediata del país, no nos inhibe para plantear también que aquellas políticas y proyectos oficiales que prorrogan y aún acentúan el viejo esquema de atraso y pobreza nacional, no contarán con nuestro apoyo sino con nuestras críticas y posición contraria y frente a ellas presentaremos al país propuestas alternativas.
Nada de esto es posible adelantarlo desde las filas del Polo. Los integrantes de la Corriente Democrática que suscribimos la presente Declaración, no podemos permanecer más en el PDA porque simplemente este no hizo honor a los postulados con los cuales se fundó. El país ha venido percatándose que el Polo ha derivado en una formación política cerrada, excluyente y sectaria y que una parte de su dirigencia cohonesta con la corrupción, como en el escandaloso caso de la Administración de Bogotá. Es hora, entonces, de corregir el rumbo y de retomar el impulso de la construcción de la nueva fuerza de la democracia y el progresismo.