Compañeras y compañeros:
Empieza a consolidarse un proceso organizativo para el Grupo Significativo de Ciudadanos Progresistas, del cual formamos parte ustedes y nosotros al lado de miles de compatriotas a lo largo y ancho del país, y que hoy en Bogotá reúne a 1.250 delegados, 1.000 de los cuales fueron elegidos por voto ciudadano.
Es esencial definir el objetivo de avanzar en la organización del grupo significativo de ciudadanos que nos agrupamos con el nombre de Progresistas. Hagamos un resumen de tres cosas que NO podemos ser y tres que SÍ debemos hacer.
a. Esta no puede ser una fuerza política solamente electoral. Algunos compañeros sustentan toda la argumentación de sus derechos internos en lo que sucedió el pasado 30 de octubre de 2011. Aunque ello es importante, reducir Progresistas a una fuerza política ligada sólo a las fechas electorales, es minimizar la importancia de nuestro movimiento político en el siglo XXI. Las elecciones son muy importantes como mecanismo de acceso al poder, pero mantener y mejorar la sintonía con la opinión pública es asunto de todos y cada uno de los días. Además, adquirida la alcaldía de Bogotá, el acompañamiento al esfuerzo de gobierno, desde fuera del gobierno, se vuelve una tarea vital para el movimiento político, aun más que para el gobierno mismo. Finalmente, el gobierno tiene una fecha límite de terminación en tanto que el movimiento debe aspirar a la
permanencia.
b. No puede tampoco ser una bolsa de empleo. Una idea generalizada es que ganamos y por lo tanto llega la oportunidad de conseguir un empleo público. Algunos lo conseguirán pero es aritméticamente imposible dar empleo a los 740 mil votantes o a sus familiares, así se quisiera. Además, en el fondo esa es una relación de intercambio de favores, que es la razón fundamental de la mala calidad de la política en nuestro país. Si lo que queremos es sólo hacer clientelismo, creo que Progresistas es el lugar equivocado, porque representamos una aspiración de cambio en muchas cosas, empezando por cambiar la política.
c. No es tampoco un campo de batalla interno. Ya vivimos esa situación en otras experiencias partidarias y muchos nos negamos a repetirlas. Además, quienes llegan nuevos y encuentran discusiones internas manejadas incorrectamente, sienten que no vale la pena ingresar. La fraternidad es esencial como un valor de nuestra organización y debemos poder resolver nuestras diferencias sin polarizaciones agudas como las que hemos visto recientemente en algunos de los encuentros de localidad.
No somos un movimiento de ángeles de la guarda sino de seres humanos con virtudes y defectos y por eso requerimos reglas de juego claras y democráticas, pero la fraternidad es un valor que debemos practicar todos los días con nuestros compañeros. Fraternidad, fraternidad en la diferencia.
Qué SÍ es Progresistas.
a. El movimiento que queremos existe para realizar un trabajo político permanente, para trabajar continuamente con la población, con los vecinos, con los compañeros de trabajo.
Es esencial que crezca e influya de manera creciente en la comunidad. Queremos a Progresistas en Bogotá haciendo parte de muchas organizaciones de base, desde las Juntas de Acción Comunal hasta los Comités de Usuarios del Transporte Público.
Queremos Progresistas convocando y participando en los Cabildos de presupuesto participativo. Queremos a Progresistas movilizando conciudadanos por la reforma de la salud. Queremos a Progresistas dinamizando la democracia participativa.
Para ello todos los nodos de Progresistas deben tener un mínimo de tres elementos básicos:
Una reunión por semana.
Un plan de acción política.
Una vocería.
Por último pero no por ello lo menos importante, no nos olvidemos que somos el movimiento político que gobierna la ciudad de Bogotá. Nuestra suerte y la del gobierno están estrechamente ligadas. Debemos ayudar al éxito de nuestro gobierno y acompañarlo en sus iniciativas.
b. Progresistas cree en la diversidad. Ella debe ser un activo de una fuerza como la nuestra. Lo que en otras agrupaciones ha sido un problema, aquí tiene que ser un beneficio. Diversos somos porque aquí coincidimos pensamientos, orígenes e historias de muy distintas fuentes con unos acuerdos conceptuales fundamentales. Y debemos serlo aún más. Por eso tenemos las puertas abiertas para quienes compartan nuestros principios, pues sin ese acuerdo fundamental no puede haber unidad constructiva.
c. Progresistas tiene principios. Sin ellos seríamos una mera agrupación oportunista.
Los Principios del Progresismo
Ser Progresistas es cumplir con una docena de principios.
1. Fraternidad, ya lo dijimos.
2. La Diversidad, es nuestro más grande activo.
3. No robar ni dejar robar. Es esencial practicarlo y defenderlo como un principio no negociable.
4. Renovar la política, que hoy es de pésima calidad. El clientelismo entendido como una relación personal de intercambio de favores entre los electores y los elegidos está en el corazón de esa baja calidad del ejercicio político en el país. Debemos practicar una manera distinta de resolver la ecuación, así como proponer y defender una reforma política seria que la materialice.
5. Inclusión Social. Primero los pobres, segundo los pobres, tercero los pobres.
Para los débiles es para quienes existimos. Esto significa proponer y practicar políticas de educación y salud democráticas y eficientes, tales como tres años de preescolar y educación superior gratuita, desaparición del ánimo de lucro en los servicios de salud,
Promoción del empleo digno para reemplazar la informalidad generalizada, al lado de muchas otras políticas de lucha contra la desigualdad, con resultados, incluyendo desarrollo rural integral para los campesinos marginales, los verdaderos pobres entre los pobres.
6. Aplicación de la Constitución de 1991, especialmente en su concepción de “Estado Social de Derecho”. Más que seguir reformando y deformando la Carta del 91, debemos aplicarla y lograr que llegue a la vida diaria de nuestros compatriotas
7. Desarrollo económico que favorezca el empleo y la nación. No podemos compartir una política económica que priorice la inversión extranjera, casi exclusivamente en minería, con una enorme reevaluación de la moneda, mientras los sectores que generan empleo y valor agregado como la industria y la agricultura languidecen, todo ello en un marco de tratados de libre comercio cuyo efecto real es el incremento de las importaciones y el decaimiento de las exportaciones diferentes a las mineras. En este tema afirmamos “Minería sí, pero no así”.
8. Conservar el medio ambiente no es un tema de relleno. Es una política esencial. El calentamiento global llegó para quedarse. El desarrollo de políticas de inversión, de asentamiento de poblaciones en el territorio, de producción agropecuaria, debe considerar el medio ambiente de manera seria. Es una responsabilidad con el presente y el futuro del país y también del planeta.
9. La prevalencia de lo público. El interés general debe primar siempre sobre el particular. Este principio debe concretarse en diseño de políticas que lo materialicen en áreas como la seguridad ciudadana, el transporte, la educación, la salud, la propiedad de la tierra, el desarrollo económico y social.
10. Democracia Participativa. Es la democracia del siglo XXI. Presupuesto participativo, uso de los referendos para decidir políticas públicas específicas y, en general, aplicación de los contenidos constitucionales sobre la materia.
11. Paz. El logro de la paz entendida como el final del uso de las armas para resolver diferencias políticas o sociales es una prioridad nacional a la cual unimos nuestra voluntad los Progresistas, sin dudas ni dobleces. No apoyamos la combinación de las formas de lucha y esperamos que el actual proceso de negociaciones concluya felizmente.
12. Integración latinoamericana. Este continente al sur del río Bravo tiene su futuro ligado a su capacidad de integrarse. Lo que está sucediendo en Suramérica es un paso adelante, pero falta mucho aún para que dejemos de ser un conjunto de países dispersos y débiles pudiendo ser prósperos e influyentes si podemos diseñar y aplicar políticas comunes.
Para los Progresistas de Bogotá el programa de trabajo directo en desarrollo de estos principios es el Plan de Desarrollo de la ciudad que obedece a la inclusión social, el ordenamiento alrededor del agua y la prevalencia de lo público.
LO QUE AHORA HAY QUE HACER
Bogotá ha recorrido un terreno organizativo importante con sus virtudes y sus defectos. Se cuenta ya con una estructura producto de la votación de los miembros de Progresistas, proceso que sin embargo ha tomado mucho tiempo y energía de los miembros del Movimiento en Bogotá. No podemos, por ahora, replicar un proceso de esa naturaleza en todo el país.
La hora es la de la acción política. Por eso creemos que cada departamento debe dotarse de una estructura de coordinación provisional que incluya a todos los sectores como producto del consenso y dedicar sus energías a trabajar en las tareas política, ligadas al comienzo del proceso electoral nacional para Senado y Presidencia y a las Cámaras de Representantes en cada uno de los departamentos. Si vamos a recoger firmas necesitamos empezar este julio. Si no lo hacemos así no alcanzaremos a cumplir nuestras metas.
Cada departamento tiene un plazo de 5 semanas contadas a partir de hoy para ayudar a organizar una coalición a la Cámara de Representantes y escoger al menos un nombre de la región para la lista al Senado. Nos volveremos a reunir en Bogotá en la primera semana de julio y decidiremos la fecha exacta del comienzo de la consecución de firmas en todo el territorio patrio.
Poca carreta y mucha acción política es la tarea de la hora. Entendámoslo así y actuemos en concordancia.
ANTONIO NAVARRO WOLF
VOCERO NACIONAL DE PROGRESISTAS