La sociedad no puede desentenderse de los partidos, de lo que hagan los partidos depende que la sociedad los quiera y los siga. ¿Hacia dónde va el Polo? La política es en cierta forma un espectáculo. En el reciente Congreso del PDA la gente pudo ver como una minoría logró el acuerdo general sobre la estrategia para enfrentar la reelección de Uribe Uribe, pero no ganó el poder dentro del partido. Esta circunstancia interna genera desconfianza en unos y les hace pensar que el juego quizá pueda estar afuera. Una circunstancia externa, una encuesta, hace pensar a los que se habían quedado afuera que quizá es mejor estar adentro. Paradójico: Petro, el gladiador, tiende a salir y Lucho, el espectador, tiende a entrar. No es justo grita en coro la galería.
Posiciones diferentes se juegan alrededor de un tema crucial: la estrategia para acceder al gobierno en 2010. Hubo acuerdo sobre consulta abierta, coalición y programa, pero Gaviria, Robledo y Dussán lo interpretan en forma restrictiva (coalición solo después de la primera vuelta), mientras Petro, Lucho y María Emma lo interpretan en forma amplia (coalición con un candidato para la primera vuelta). Al frente de la administración del partido quedaron los primeros no los segundos, de ahí la incertidumbre sobre la política que se pondrá en práctica. ¿Si de verdad quisiera, dejarán volver a Lucho? Nunca se fue del todo. ¿La activación de Lucho generaría el equilibrio, la confianza y las garantías que hoy no se tienen? ¿Se entenderán Lucho y Petro para pesar en el mismo sentido? ¿Cómo se dirimirán las justas aspiraciones presidenciales de los dos? ¿Cómo compaginar trabajo al interior y al exterior del partido? ¿Cómo abrir el Polo a un juego amplio sin diluir su propio proyecto? ¿Hay condiciones para ser gobierno en el 2010 o deberá el Polo esperar al 2014? ¿Será el Polo capaz de hacer una consulta de interés para el país dejando jugar a sus disímiles precandidatos: Gaviria, Lucho, Petro?
El centro político es el gran espacio en disputa. Uribe derechizó el centro, pero gran parte del centro está hoy defraudado de Uribe y ya sabe que puede seguir con éxito otros caminos por la experiencia de gobiernos locales independientes, sin embargo no parece que el PDA, por sus sectarismos y ambigüedades, sea el polo de atracción para el centro. Ante el desgaste de ambos polos, el autoritario y el democrático, podría en un momento surgir con fuerza una opción de centro – Fajardo, Mockus, Ingrid, otro u otra – que se salga del esquema de la polarización y con banderas no antiuribistas sino posuribistas genere un fenómeno de opinión que, a su vez, se traduzca en nuevas mayorías electorales.
Opción para mi preferible es el encuentro de todas las izquierdas y todos los centros en un esquema de pluralidad amplia, esto es, todos los demócratas en un movimiento, muchos dentro del Polo, otros en alianza con él. Ello se ve limitado por dos debates que no dio el Congreso del PDA, pero que podría orientar la nueva dirección nacional: el tipo de partido que se quiere construir y el tipo de gobierno que se quiere hacer ahora y en el futuro. Clarificar estos dos temas con enfoques y acciones que recreen la política, lo público y lo estatal poniéndolos al servicio de la vida, los derechos, la democracia, la transparencia, las regiones y la paz es un paso indispensable. ¿Hacia donde va el Polo? Mi convicción es que la democracia necesita partidos con proyectos políticos serios, que por atrayente y fácil que parezca la política no tiene mucho futuro con figuras grandes y partidos enanos.
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