Llega la época de los balances y este, que lo hace Claudia López en El Tiempo, es muy significativo: el Congreso aprobó una “reforma política” propuesta por el gobierno que tiene la característica de haber sido aprobada con votos espurios (bastardos, engañosos -rae-)por congresistas inhabilitados al estar decidiendo sobre asuntos por los que están siendo investigados (farcpolitica, parapolítica, piramidepolitica), o por estar beneficiándose por votaciones obtenidas en forma ilegítima (por lo que sus titulares ya están en la cárcel).
Como si eso no fuera suficiente acá va el menú del Congreso uribista para el pueblito que por ellos votaron:
- Se oponen a que los partidos afectados por esas acciones ilegales (intimidación a los votantes, financiación ilegal de campañas, criminalización de la oposición) pierdan las curules que de esa forma obtengan;
- No hay sanciones, ni siquiera cuando se demuestre la comisión de los delitos;
- No se les obliga a devolver los dineros de la campaña;
- Impide el surgimiento de movimientos alternativos pues incrementó el umbral al 3% lo que eleva en más de 90.000 votos para el senado el mínimo para ‘entrar a jugar’ entre los elegidos. Eso dificulta que los movimientos sociales accedan a la administración de lo público.
- Esa misma condición saca a los movimientos sociales de la financiación pública de las campañas.
Como si eso fuera poco ahora pretenden que el Registrador, máxima autoridad electoral, sea nombrado por ellos y no por la Corte Suprema. El ratón escogiendo el cuidador del queso.
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