TALLER NACIONAL PROGRESISTA
El 14 de septiembre se llevará a cabo un taller nacional progresista con la idea de debatir la participación del progresismo en la propuesta de integración con el partido Verde y con el movimiento Compromiso Ciudadano, entre otros grupos y sectores.
En la página central de Progresista (http://www.progresistas.co/) encontrarán información complementaria.
El día anterior, jueves 13, se reunirán los jóvenes para analizar su situación dentro del progresismo, y para acercar posiciones sobre el que hacer en estas circunstancias.

¿QUÉ ES SER PROGRESISTA?
ALGUNOS LO DEFINEN COMO UNA ACTITUD, Y TIENEN RAZÓN. OTROS LO ENTIENDEN COMO UNA CONCEPCIÓN DEL ESTADO, Y TAMBIÉN TIENEN RAZÓN. PERO LOS QUE PERTENECEMOS AL MOVIMIENTO NACIONAL PROGRESISTA SABEMOS QUE ES UNA PROPUESTA POLÍTICA ALTERNATIVA, CUYA DEFINICIÓN ESTÁ EN CONSTRUCCIÓN Y CUYA ORGANIZACIÓN ESTÁ EN PROCESO, Y QUE HA HECHO PRESENCIA EN LA POLÍTICA NACIONAL DESDE HACE MUCHO TIEMPO. (Julián Mejía B.)
Al final del blog encontrarán una propuesta, escrita por Julián Mejía Botero, que de paso recoge otras propuestas y aporta construcciones colectivas hechas en Caldas, y sobre la que podemos seguir buscando consensos. Los invitamos a que la lean y opinen al respecto.

31 de enero de 2013
No queremos una guerra perpetua
David
Grossman, connotado escritor y pacifista israelí, quien perdió a su
hijo cuando prestaba servicio militar obligatorio en el año 2006 durante
la guerra entre Israel y Hezbolá, visita por estos días nuestro país
para participar en Hay Festival. En entrevista concedida a la revista
Semana, al referirse de manera particular a los países que viven un
conflicto armado prolongado, como es el caso de Israel y de Colombia,
expresaba lo siguiente: "Durante los conflictos, en especial los muy
largos, la gente empieza a creer que no hay otro camino, que están
condenados a vivir en medio de la tragedia por toda la eternidad" y
agrega "las partes interesadas en los conflictos establecen un lenguaje
violento que es cárcel y que no permite que se resuelvan las
diferencias".
Las palabras de
Grossman tienen enorme pertinencia hoy en nuestro país, porque nos
alertan sobre lo que significa vivir condenados a la tragedia de la
guerra eterna. Condenados a vivir en medio del miedo, la inmovilidad, el
odio, donde las palabras y los gestos violentos, resultan tan efectivos
como un fusil, una granada, una bomba.
Al leerlo pensaba cómo
han calado entre nosotros las palabras amenazantes y las acciones
violentas de los llamados otrora, por Otto Morales Benítez, "los
enemigos agazapados de la paz". Hoy en Colombia, después de casi treinta
años, estos enemigos atacan la paz no de manera solapada y clandestina,
lo hacen de frente con gran cinismo y amplia resonancia en medios de
comunicación. Son aquellos quienes de manera desafiante y pública
declaran que no hay otra salida que continuar esta terrible guerra, la
cual prometieron acabar hace 10, 8, 6, 4, 2 años y cuyos resultados han
sido miles y miles de colombianas y colombianos muertos o desplazados.
Expresiones estridentes y amenazadoras como las de Álvaro Uribe o las de
José Félix Lafaurie, por nombrar solo a dos de sus más caracterizados
exponentes, producen no solo miedo, sino indignación.
Y es que de manera
especial, ha sido el gremio de los grandes ganaderos del país, el que de
tiempo atrás ha presentado la prolongación del conflicto armado y la
guerra como la única salida a tanta pobreza y desigualdad. Aún recuerdo
como en sus asambleas en tiempos de Jorge Visbal como su directivo y
Álvaro Uribe Vélez como presidente, el primer mandatario era recibido
por muchos de los afiliados de Fedegán, con los puños cerrados y los
brazos en alto, a la manera del saludo que los alemanes le presentaban a
su Führer.
Por supuesto que no
son solo ellos los enemigos de la paz, pero en especial están quienes
forman parte del movimiento de ultraderecha Puro Centro Democrático, que
convertirán en bandera su discurso anti-proceso de paz y en obsesión,
su cruzada antiterrorismo. Muchos de ellos han pretendido hacerle
olvidar a Colombia que lo que tenemos es un conflicto armado y que por
ello la guerra exige cumplir unas reglas a todos los actores. Volverá
entonces el todo vale, para destruir a "las far", donde el cuentico del
cumplimiento de lo dispuesto en el Derecho Internacional Humanitario y
el respeto a los Derechos Humanos seguirá siendo el gran obstáculo para
derrotarlas.
Y es que como dicen,
la política es dinámica, Santos el más eficiente ministro de la
Seguridad Democrática, se ha convertido en palabras de Uribe, en un
canalla y redomado mentiroso. Uribe a su vez ha pasado de ex-presidente a
rufián de esquina, este lenguaje violento, tan propio de los tiempos de
guerra, como nos dice Grossman, cumple la función de encarcelar y de
negar la diferencia. Es el lenguaje de los guerreros. Es tiempo para que
Santos marque la diferencia.
Pues bien, a todos los guerreros y de
manera especial a los enemigos de la paz les decimos: no queremos una
guerra perpetua. A quienes expresan que van a jugar todas las cartas,
léase bien todas las cartas, para que el uribismo recupere de nuevo su
poder, hoy les recordamos que a la auténtica política, como escribía
Kant, le es imposible dar un solo paso sin haber rendido antes un
homenaje a la moral ¿qué harán los guerreros del Puro Centro Democrático
para cumplir con esta implacable sentencia?